viernes, 7 de septiembre de 2012

Se acabaron las vacaciones



Pedro Tapia | León

Me estomagan los múltiples comentarios sobre las vacaciones. Vagos, sin sustancia, anodinos, repetitivos.

Vacaciones: Periodo de descanso durante el que se interrumpe una tarea o actividad habitual. Pero el diccionario no dice que el uso y disfrute de este periodo tenga que ser en una época determinada.

Pues bien, la gente no empieza a tener constancia de ellas hasta bien entrado el mes de junio. Cobra una fuerza descomunal en julio y en agosto se libra la madre de todas las batallas. Y a partir de aquí siempre las mismas preguntas. ¿Ya te fuiste de vacaciones? ¿Ya viniste de vacaciones? ¿Cuándo las coges? ¿Todavía te quedan? Todo muy original. El resto del año estas preguntas no están en el cuestionario.

Y no se te ocurra marcharte en octubre o noviembre porque te saldrá el juicio que tienes pendiente desde hace dos años por el golpecito que tuviste con el coche. Tendrás esa reunión importante de trabajo que tenía que haberse celebrado en marzo. Se abrirá y se cerrará el plazo de matrícula de ese curso que tanto anhelabas. Se acabará el plazo de presentación de méritos para una bolsa de trabajo. Y así un largo etcétera.

Te has podido ir veinte días a las Islas Svalbard que se encuentran situadas entre Europa y el Polo Norte, a más de mil kilómetros al norte del Círculo Polar Ártico. Un entramado de fiordos e islas montañosas adornadas con numerosos glaciares de los que surgen increíbles icebergs que cuando llegues y alguien te pregunte si has estado de vacaciones y le contestes que sí, te dirá:
-¡Pero si no estás moreno!
Porque a parte del desconocimiento esa es otra, cuanto más moreno estés se supone que mejor te lo has pasado. Es algo directamente proporcional.
El mundo se divide entre los de piel blanca que son aburridos como monos, los de piel morena partidos de la risa continuamente durante toda su vida y los de piel normal que ni fu ni fa. Hay que ver cómo es esto.

Lo que es buenísimo es cuando te vas de vacaciones y entablas conversación con alguien. Si no has ido a comer al mismo restaurante que ellos te dirán que te has perdido un orgasmo culinario. Si no has visto la puesta de sol desde el mismo risco que ellos te dirán que te has perdido lo mejor de las vacaciones. Si no te has subido en el mismo funicular desde el que se ve una panorámica de la ciudad te dirán que te has perdido lo mejor del viaje. Si te has comprado lo mismo que ellos te dirán que lo suyo lo consiguieron más barato. Y si haces el mismo viaje que ellos y todo coincide te dirán que el viaje de su vida ha sido uno que tú todavía no has hecho. ¡Ay, me han jodido! Definitivamente.

Y así va transcurriendo esto. Te paran por la calle, no te preguntan ni cómo estás y te cuentan donde han estado de vacaciones y lo que han hecho durante hora y media. Se toman un respiro, vuelven a la carga y te amenazan con seguir contando otro rato que coincidas porque esa ha sido la versión corta. Y supones que debe de quedar lo más interesante a juzgar por lo moreno que está.

En el pueblo, en la montaña, en el mar, por España, por el extranjero, más días, menos, todos procuramos evadirnos un poco. Menos los políticos, porque se tienen que quedar para velar por nosotros, porque hay mucho trabajo y porque este país necesita más esfuerzo, más misión, más brega y más sacrificio. Y ellos tienen que dar ejemplo.

Pobrecines. Ja, me parto.

Me estomaga

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