lunes, 17 de marzo de 2014

¡A COMER!

ME ESTOMAGA | PEDRO TAPIA ARTEAGA


Culo veo, culo quiero. Andan las cadenas de televisión a la gresca. Como siempre. Basta que una tenga un mínimo de éxito con un formato de programa para que el resto se apunten al copia y pega.

Pusieron a doce personas a convivir en una casa y a continuación otros les pusieron en una tribu, en una isla, en una granja o en una obra en construcción con jubilados y medios pensionistas. Y a ver quién insulta más para llegar a la final. Y a ver quién llora más, porque mira que se vierten lágrimas en estos programas.

Pues así ha sucedido últimamente con los programas de cocina. Master chef, Top chef, Todos contra el chef, Hoy cocinas tú, Menú exprés, Master chef junior, Deja un hueco para el postre y hasta Hoy cocina el alcalde. Cuánto mal hizo Ferrán Adriá. Lo único que tenemos en casa es un cazo y una sartén y todos queremos hacer cocina molecular. Todavía no se cómo todos estos programas no nos han causado daños cerebrales.

Te vas a un restaurante y decides cenar cigotos de la familia phasianidae cocinados a ciento setenta grados en jugo de drupas con solanum tuberosum y espolvoreados y requemados con variedades de ocales, jaranda, jariza y bola. Pues esto mismo lo cenas en casa y son huevos fritos con patatas y pimentón. Sólo hay una diferencia entre los dos: treinta euros. Que a veces piensas si los huevos serán los del dueño del restaurante.

Tal es el éxito de estos programas y el momento dulce que vive la gastronomía en general que toda esta euforia se traslada incluso a los dormitorios para hacer escenas de cama.

Yace la pareja en la cama y dice él: - En boca es plano, le falta pasión, textura, muy poca presentación y apenas noto el bacalao.
Y dice ella: - Manolo, cómeme el coño y deja de jugar a Master Chef.

Me estomaga.

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